domingo, 27 de febrero de 2011

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¿ Por qué el día es tan amargo ?
Arboleda, ameno paraíso que anhelo, traen consigo la paz del mundo.
Extrañeza diminuta ,que por momentos se exiliará, parece inundarme de vacío.

¿ Por qué la noche es tan rica ?
Las estrellas húmedas salen a pintar un cielo azul para ya no desaparecer jamás.
La tierra y las nubes se fusionan creando melodías indiscretas para el oído que escucha.

Es el límite y el final,es la paz y el viento, es todo lo que otro ser no pudo ser.
Es más que el mar, pero a la vez menos que el océano.
Es la infinidad, es alegría.

jueves, 24 de febrero de 2011

Palabras en la línea del tiempo.



Los árboles desean regalar sus hojas al viento,
Simple e impecable va, arrasando con los sueños.
Las apariencias son cercanas, pero cambian su forma demasiado rápido.
¿He de seguir el triángulo?
Deseo no más resistir…

Fuerte tormenta, eterno crepúsculo.
Ví el amanecer dirigirse hacia lo más profundo de este alado cielo.

Torpe el tiempo que destruye sin destruir,
He venido aquí en busca de paz,
He venido aquí en  busca de soledad y también
en busca de silencio.

Aprendí que las existencias de este universo son absurdas,
que los encuentros son mágicos y
que de a ratos nos convertimos en seres extraños.


Será que cuando las ausencias no sean protagonistas de nuestros días,
Y cuando extrañar no sea un verbo utilizado,
Será cuando el mar no robe las cenizas,
Ni el cansancio consuma mi voluntad,
Será en ese instante que el atardecer se vuelva somnoliento y que extrañe
que extrañe los sueños encerrados y envueltos en ese viento. 





martes, 22 de febrero de 2011


No hay te quiero
No hay te extraño
No hay consuelo en otras sonrisas
No hay abrazos de otros extraños
No hay lluvia por las noches
No hay soles en mis mañanas
No hay ilusiones en este corazón
No hay bosques en nuestras montañas
No hay nada que impida la razón


No hay atardeceres felices
No existen los sueños colgados en la luna
No me habla el cielo
No deseo hoy tenerlo
No abren las flores
No reza mi alma
No encuentro consuelo
No comparto tus sueños

Untitled

El cielo ya es gris, las aves se alejan

 Los sonidos se confunden,

 Nada es tan claro hoy.

 Sólo el deseo destella brillos transparentes donde ya no hay luz.



Sólo una palabra podría cambiar el curso de la existencia.

Sólo una palabra y una melodía podría reverdecer el amarillo de este día sin otoño.



Una vida que se construye sobre hechos concretos que se realizan al salir el sol.

Una vida  en el mundo donde las ilusiones perecen a la vista inquieta de la luna.



Digo adiós a las mañanas de mentiras, digo adiós al mundo de fantasía.

lunes, 21 de febrero de 2011

La eterna expiración de un segundo.

Un segundo, sólo un segundo para dejar de existir.
Un segundo para darme cuenta que de tan ínfimos seres que somos, encontramos pequeños consuelos en extraños sin rostros.
Un segundo para descubrir  la infinidad que rodea nuestros pensamientos y explicársela al viento que se marcha hacia otro espacio.
Pero ya no necesita segundos el reloj  para entender el porqué de la complejidad del día,  el porqué del cambio continuo de algunos planetas, el porqué de la tierra partida.
Sin segundos en mi reloj, descubro sólo sombras y luces que aparecen y desaparecen; por momentos indicando que el día terminará de manera extraña, que el día empezará como consecuencia del deceso de la luna.
Sólo segundos en  los que profundamente deseo hundirme en el tiempo, ya no extrañar, olvidar el vacío nocturnal.
 Me refiero a extrañar la vida que una vez se deslizó de mis manos.
 Me refiero a extrañar el sol que nació en cada amanecer cuando sus ojos aún simulaban ser libres.
Me refiero al tiempo que dediqué para ser feliz sin olvidar mi papel de persona coherente  en la biblioteca viviente. (Ahora,  ¿es posible ser coherente y feliz a la vez?)
Me refiero al caos sin espacios, ni consecuencias catastróficas.
Me refiero a esa voz debilitándose suavemente con las horas al pasar.
Me refiero al puente que nunca cayó, las aguas que tranquilas corrieron por debajo y al cielo que nunca lloró en tu heredad.
Me refiero a mí y los segundos que malgasté en pensar.
Fluir, chocar, amarrar, soltar y dejar ir.
Todo es lo mismo alguna vez.
Todos corremos hacia la misma dirección.
A menudo, me convierto en un ser ordinario sin belleza interior.
Lo que me asusta en verdad son mis segundos, segundos que pasan apresuradamente, sin saber yo a donde ir.
Segundos, segundos, segundos…ellos construyen mi existencia.