domingo, 1 de abril de 2018

Otra canción

No sé si escuchar la lluvia, o ese disco que olvidaste en el sitio frágil de tu memoria.
Es que amo cuando el domingo me encierra en poesía porque son días de palabras.
Amo cuando el brillo de los ojos que me obligan a quedarme pegada a tu ombligo me dicen que es para siempre y que hoy ya no hace frío.


Piso ese nombre de nuevo, estoy descalza y me duele
la piel.
No
te
vayas.
Quédate acá al lado de mis sueños absurdos
y mi lunar infinito.

De estrofas otoñales

Las canciones las escondí detrás de la pared donde está el cajón de estrofas otoñales.
De ese otoño que no llega.
De ese otoño que te acaricia el rostro.
De ese otoño cuyas hojas crocantes amas pisar.
De ese otoño, y de ese abrazo infinito. Mío, siempre fue mío.

Tres ...



Siempre que  se fue la melodía, quedó el silencio
Que me habla por demás
Que me aturde
Que me deja en sintonía
Que me acerca a los rinconcitos del planeta
Que me hunde en lo más profundo
Que me paraliza y me detiene


La desazón del corazón termina por desarmarlo
Como me duele tu olvido

Día uno, día siete II


El brillo de la luz de la mañana
Y la tarde parecen no traerme nada
Y bueno es domingo, y parece que siempre lo es en tu invierno.
Y el segundo sigue expirando por la eternidad.

(At the bay)
Katherine Mansfield


... No había nada que marcara cual era la playa y donde estaba el mar. Había caído un rocío copioso.

La brizna se tornaba azul. Las gotas grandes colgaban de los arbustos sin caerse; la planta de toi- toi plateada y poblada se erguía con debilidad sobre su tallo, y todas las margaritas y las rosas húmedas de los jardines de las casas se inclinaban hacia la tierra.
Empapadas, estaban las frías fucsias, las perlas circulares de rocío reposaban en las hojas planas de las capuchinas. Parecía como si el mar hubiera lastimado a la oscuridad con delicadeza, o como si una ola inmensa se hubiera acercado propagándose, propagándose, ¿qué tan lejos? Quizás de haberte despertado a mitad de la noche, podrías haber visto al gran pez meterse por la ventana y salir de nuevo…

sábado, 15 de septiembre de 2012


Es pacio

VOY CAMINANDO POR LA CALLE, RESPONDEN LO SUFICIENTE MIS PIERNAS PARA DEJARME ANDAR.
POR MOMENTOS ME INVADEN IMÁGENES QUE DESEARÍA SE QUEDARAN PARA SIEMPRE CONMIGO.
POR MOMENTOS, NO ES ÉL. TAMPOCO MIRA EL ÁRBOL.
AHORA SÓLO ME CONCENTRO EN LA LUZ DE COLOR ROJO QUE INDICA QUE PUEDO PASAR, QUE ESE PEDACITO DE PAVIMENTO SE ABRE PARA MÍ, SÓLO PARA QUE YO SIGA CAMINANDO. ALGUNA VEZ HE ESTADO POR AQUÍ.  ESAS IMÁGENES QUE IRRUMPEN EN MI MENTE, ME DEJAN MÁS CONCIENTE AÚN DE LA REALIDAD. ME SIENTO VULNERABLE. ZUMBIDOS, GRITOS, BOCINAS. DE REPENTE VEO ESOS OJOS, TAN CRITALINOS COMO EL AGUA CLARA QUE CORRE SIN REMORDIMIENTO. ¡AH QUÉ LIBRE SE SIENTE SER DE AGUA! VOY A EXTENDER EL SUEÑO UN POCO MÁS. HASTA QUE MÁS NO PUEDA DURAR, HASTA QUE SEA VERDADERO. HASTA QUE LA LUNA HABLE O LA MONTAÑA GRITE. CON CUALQUIERA DE ESAS OPCIONES PODRÍA YO CONFORMARME. POR NO QUERER ABUSAR, POR NO QUERER ESTAR, ESTOY. ANTES PENSABA QUE SÓLO EL INVIERNO ERA DE VACÍO, AHORA VEO NUEVAMENTE QUE ESTA ESTACIÓN NO ME REGALA NINGÚN OTRO COLOR, COMO YA EXPRESÉ EN  ESCRITOS ANTERIORES. A veces, el cristalino, azul son colores que me invitan a pasear. Entonces deseo: Paseo por el mar. Paseo por el mar. Ahora todo gira paralelamente. Todo. Y no existe el equilibrio. Ahora me asfixia el cielo, y también quizás aquella melodía ya no existe. Salgo afuera. Adentro es afuera también. Encuentro seres con los que deseo compartir este viaje y hacerlos parte de mi aventura. Fusionar mi alma con el viento, ya no existe tampoco el miedo de abandonar este cuerpo.

sábado, 18 de febrero de 2012

lunes, 7 de noviembre de 2011

Superfluo mundo



Nunca pensé pero ahora soy de agua; soy de aire.
El espacio que rodea mi cuerpo es infinito.
No entiendo el cielo; acá todo es de fantasía.
Vos que te preguntabas si las nubes eran de colores, bueno sí claro que lo son, aunque yo así no las esperaba.
Nubes de algodón también colisionan con mi alma.
En fin ya estoy aquí, en mi nuevo lugar.
El viento nunca retrocedió.
Ya está en vos y en mí.
Una vez más dejo que esta impresión afecte los sentidos, fluya por mis arterias y me deje en libertad.
El momento es impredecible, como lo es ahora tu mirada que por momentos se articula con la mía.
Ya no hay nada que extrañar, todo lo que necesito se encuentra en un tiempo preciso y en un correcto lugar.
El amanecer es simple y no dejará de serlo aunque el atardecer parezca lejano y en ocasiones lo interrumpa.
El destino no está en mis manos, ni en las manos de otras criaturas cuyo tiempo no pueden comprar.
No soy dueño de mi vida, pero tampoco alquilo mi alma.
Habito un cuerpo que me pertenece aunque desconozco hasta cuando.
Nada es tan claro hoy como la mezcla de fosforescencias.
Deseo evadir espacios, lecturas, y personas.
No quiero ser  como ellos.
Prefiero perderme en el espacio sideral.
Como si caminara envuelto en papel sin dejar que este viento me arrastre  para no morirme en cada instante.
Tu mirada es vacía ahora.
Ya no voy a disimular ni disfrazar mis sentimientos.
Ya no quiero ser parte de esto.
Quizás la vida sólo se trate de experimentar con otros vientos.
Mucho es el tiempo que gasté en circular, mucho es el tiempo que gasté en recordar.
Ahora deseo llevar mis sueños a otro lugar.
Y ahora veo las mariposas que vuelan y me señalan un lugar.
Sueños que han viajado lejos y han vuelto a mi encuentro, montañas perdidas en azules días, encuentros poco concretos.
La tierra y las flores. Tus lágrimas, saladas, como agua de mar.
¡Qué superfluo es tu mundo! Y que superfluo era entonces el mío.
Ya nada podemos compartir.
Yo ya estoy acá, y vos …
Vos, allá.